"EL DINERO Y LA PROSPERIDAD"

"EL DINERO Y LA PROSPERIDAD" 

«La prosperidad infinita me pertenece para compartirla. Es una bendición para mí.» 

 Enunciados 
• No puedo ahorrar dinero. 
• No gano lo suficiente. 
• No me otorgan los créditos que pido. 
• El dinero se me escurre entre los dedos. 
• Todo es demasiado caro. 
• ¿Por qué todos los demás tienen dinero? 
• No puedo pagar todas las facturas. 
• Estoy al borde de la quiebra. 
• No puedo ahorrar para jubilarme. 
• Me cuesta desprenderme del dinero.  
¿En cuántos de estos enunciados te reconoces? Si has marcado tres de ellos o más, trabaja en tus problemas de dinero. ¿Qué crees con respecto al dinero? ¿Crees que tienes lo suficiente? ¿Relacionas tu propio valor con el dinero? ¿Crees que te permitiría alcanzar lo que más deseas? El dinero, ¿es tu amigo o tu enemigo? El hecho de llegar a tener más dinero, por sí solo no es suficiente. 

Es necesario que aprendamos a merecer el dinero que tenemos, y a disfrutarlo. Tener grandes sumas de dinero no es garantía de prosperidad. La gente que tiene muchísimo dinero puede ser prisionera de una mentalidad de pobre. Es probable que tengan más miedo de no tener dinero que otras personas que viven en la calle, que la capacidad de disfrutar de su dinero y de vivir en un mundo de abundancia esté fuera de su alcance. Sócrates, el gran filósofo, dijo una vez: 
«El contentamiento es riqueza natural, el lujo es pobreza artificial.» 

Como he dicho ya muchas veces, la conciencia de prosperidad no depende de que uno tenga dinero; la posesión de dinero depende de que se tenga conciencia de prosperidad. Nuestra persecución del dinero debe contribuir a la calidad de nuestra vida. Si esto no sucede, es decir, si aborrecemos lo que hacemos para ganar dinero, éste no nos servirá de nada. 

La prosperidad se relaciona tanto con la calidad de nuestra vida como con cualquier cantidad de dinero que podamos tener. La prosperidad no se define únicamente por el dinero; se refiere también al tiempo, al amor, al éxito, a la alegría, la comodidad, la belleza y la sabiduría. Por ejemplo, se puede ser pobre en 
relación con el tiempo. Si te sientes urgido, presionado y acosado, tu tiempo está en la dimensión de la pobreza. Pero si sientes que tienes todo el tiempo que necesitas para terminar cualquier tarea que tengas entre manos, y confías en que eres capaz de hacerlo, entonces tu dimensión del tiempo es de prosperidad. Y ¿qué hay del éxito? ¿Sientes que es algo fuera de tu alcance, completa-mente inaccesible? ¿O crees que puedes tener éxito por derecho propio? Si es así, eres rico en relación con el éxito. 

Has de saber que no importa cuáles sean tus creencias, en este momento puedes cambiarlas. 

El poder que te ha creado te ha conferido a ti el poder de crear tus propias experiencias. 

¡Tú puedes cambiar! 


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