"Soy muy afortunada"
Louise empieza la jornada que le espera con gratitud: «Es una gran forma de empezar el día», afirma. Sin embargo, no se limita a hacer un ejercicio de gratitud de 10 minutos y luego se sumerge en el trajín de la vida cotidiana, sino que señala que es plenamente consciente de ese sentimiento a lo largo del día. Por todas partes de su casa hay recordatorios para que no se olvide. Debajo del espejo de la cocina hay un cartel con letras doradas que pone: ¿De qué te sientes agradecida hoy? Louise tiene muy presente la práctica de la gratitud y expresa con alegría a todos y a todo lo agradecida que está.
«Louise, te he estado observando y he visto que mantienes un constante diálogo con la vida», le comentó Robert Holden. «Le hablas a la cama. Le hablas al espejo. Le hablas a la taza de té. Le hablas al bol del desayuno. Le hablas al ordenador. Le hablas al coche. Le hablas a la ropa. Le hablas a todo.»
«Sí, es cierto», asintió Louise con orgullo.
«Y lo que sobre todo dices es “gracias”.»
«Bueno, agradezco que el coche me funcione, que el ordenador me permita conectar con mis amigos y que mi ropa sea tan agradable.»
«Creo que llevas una vida encantada», le comentó él.
«Mi vida está colmada de bendiciones», afirmó ella.
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