"Dejo ahora de criticarme"
La mayoría de personas tenemos tan arraigado el hábito de juzgarnos y criticarnos a nosotros mismos que nos cuesta horrores dejarlo. También es el problema más importante que necesitamos resolver. Hasta que no dejemos de hacernos la vida imposible, no podremos querernos de verdad.
Cuando éramos bebés estábamos abiertos por entero a la vida. Contemplábamos el mundo maravillados. A no ser que algo nos asustara o dañara, aceptábamos la vida tal como era. Pero más tarde, a medida que fuimos creciendo, empezamos a aceptar las opiniones de los demás y a interiorizarlas como nuestras. Aprendimos a criticarnos a nosotros mismos.
Tal vez te hicieron creer que necesitas criticarte para madurar y cambiar. ¡Pero yo no estoy de acuerdo con este concepto en absoluto!
En mi opinión, las autocríticas nos marchitan el espíritu. Solo refuerzan la creencia de «no valer lo suficiente». Y, sin duda, no sacan lo mejor de nosotros.
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