"Perdono todo lo que he percibido como ofensas y abandono mi resentimiento con amor"
Muchas personas guardan rencores durante años y años. Creen que tienen todo el derecho del mundo a estar resentidas por lo que les hicieron. Pero yo lo llamo estar atrapado en la prisión del resentimiento farisaico. Se saldrán con la suya en cuanto a llevar razón, pero nunca podrán ser felices.
Puedo oírte decir: «¡Pero no te imaginas lo que me hicieron, no tiene perdón!» No querer perdonar es terrible para uno. La amargura es como tragarte una cucharadita de veneno cada día. Se va acumulando en el interior y te hace daño. Si sigues aferrado al pasado, no podrás estar sano y ser libre.
El incidente ya pasó. Tal vez hace ya mucho tiempo. Déjalo atrás. Sé libre. Sal de la prisión y recibe la luz de la vida. Si el incidente todavía dura, pregúntate por qué te tienes por tan poca cosa que sigues aguantando la situación. ¿Por qué no la resuelves?
No pierdas el tiempo intentando «castigar» al otro. No funciona. La vida nos devuelve aquello que damos. Olvídate del pasado y procura amarte ahora. Así tendrás un futuro maravilloso.
Comentarios
Publicar un comentario