"Estoy dispuesto a cambiar y crecer"
Las relaciones son espejos en las que nos vemos reflejados. Aquello que atraemos siempre refleja nuestras cualidades o nuestras creencias sobre las relaciones. Esto es así tanto si se trata de un jefe como de un compañero de trabajo, un empleado, un amigo, un amante, un cónyuge o un hijo. Lo que nos desagrada de ellos es precisamente lo que nosotros hacemos o dejamos de hacer, o aquello que creemos. No atraeríamos a esas personas ni estarían presentes en nuestra vida si su forma de ser no complementara de algún modo la nuestra.
Ejercicio: nosotros frente a los demás
Piensa un momento en alguien que forma parte de tu vida que te esté irritando. Describe tres cosas sobre esa persona que te molesten y que te gustaría que cambiara.
Mira ahora profundamente en tu interior y pregúntate: «¿Cuándo me comporto yo así en la vida, y cuándo hago lo mismo que ella?»
Cierra los ojos y dedica un tiempo a reflexionar sobre ello.
Después, pregúntate si estás dispuesto a cambiar. Cuando eliminas esos patrones, hábitos y creencias de tu forma de pensar y actuar, la otra persona o bien cambia, o bien desaparece de tu vida.
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