"Estoy abierto y receptivo a todo lo bueno"
Ponte de pie con los brazos abiertos y repite: «Estoy abierto y receptivo a todo lo bueno». ¿Qué sientes al decir estas palabras?
Ahora repítelo con más sentimiento mirándote al espejo.
¿Qué has sentido? ¿Te ha producido una sensación liberadora y dichosa?¿O estás deseando esconderte?
Respira hondo. Vuelve a decir: «Estoy abierto y receptivo a ______________________________________ [rellena el espacio en blanco]». Haz este ejercicio cada mañana. Es un gesto de lo más simbólico que aumentará tu conciencia de la prosperidad y te traerá más cosas buenas en la vida.
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