"Solo me esperan cosas buenas"
Cuando pasas un tiempo con Louise Hay, acabas viendo que no solo piensa en afirmaciones, sino que además las vive. No dice, simplemente, afirmaciones durante 10 minutos por la mañana y luego se sumerge en su vida cotidiana, sino que se las lleva consigo a lo largo de la jornada. Para recordarlas, ha pegado discretamente afirmaciones por toda la casa. Encuentras afirmaciones como La vida me ama, en el espejo del cuarto de baño; Todo está bien, al lado del interruptor de la luz del pasillo, y Solo me esperan cosas buenas, en la pared de la cocina. En su coche hay otra que pone: Les deseo a todas las personas de mi vida que sean felices y prósperas, y ellas me lo desean a mí.
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